domingo, 2 de agosto de 2015

Ocho apellidos catalanes arranca motores con su primer avance


Ocho apellidos vascos ha sido considerada como la película más taquillera del cine español, arrojando una cifra de recaudación de 56 millones de euros y 9,5 millones de espectadores, por lo que, aunque en nuestro país no se lleve mucho eso de las secuelas (quitado Torrente y dos más), la segunda parte estaba casi asegurada viendo el éxito de la primera. 


El resultado se llama "Ocho apellidos catalanes", y la productora Universal ha lanzado ya el primer avance del film a través de un vídeo promocional cuyos protagonistas catalanes (Rosa María Sardá, Berto Romero y Belén Cuesta) prometen no dejar a nadie indiferente en la nueva película del director Emilio Martínez-Lázaro, que se estrenará en las salas españolas el 20 de noviembre.

A la espera de la primera tanda de escenas de la película, os dejamos con esta píldora grabada en clave de humor, donde los actores de la cinta discuten sobre el título de la secuela.




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jueves, 16 de julio de 2015

Crítica de Los Minions: adorables para los niños, aburridos para el adulto

El cine de animación nos ha dado grandes películas. Desde las míticas cintas de Disney o la trilogía Toy Story con los inigualables Buddy y Buzz, cuyo mundo de juguetes no solo logró fascinar a todo tipo de público, sino que tenía el poder de devolver al espectador a una infancia lejana; hasta las películas de Monstruos S.A, que ofrecen una nueva perspectiva sobre las pesadillas infantiles que tanto asustan a los niños y tan divertidas resultan en la pantalla. Tampoco podemos olvidar a Los Increíbles, aquella inolvidable familia de superheroes que consiguieron atrapar a millones de personas en todo el mundo aún sin formar parte de las dos principales Casas de las Ideas de los cómics: Marvel y DC. Si, la animación ha dado grandes momentos al cine, pero no es oro todo lo que reluce, y no todo lo que parece mono, de piel amarilla y viste peto vaquero, tiene garantizado el éxito por sí solo. 

Los Minions son un ejemplo de ello. Se trata, como muchos sabréis, de unas criaturitas adorables con problemas de dicción que asisten a uno de los villanos más famosos de los últimos años en el cine de animación, el conocido como Gru, mi villano favorito, cuya buena acogida en los cines propicio una secuela, que no vendió tan bien como la primera. Quizá por ello, antes de ir a por la tercera entrega, intentaron un arriesgado experimento. Seguramente pensaron: "como los minions son tan monos, hagamos una película sobre ellos". Una película de casi dos horas de duración cuyos protagonistas no hablan un idioma coherente (poopaye, bananonina, baboi, gelato...) y que se hacen entender gesticulando y poniendo muecas, algunas divertidas, otras no tanto.

Cierto es que, cuando vi el trailer (lo encontraréis al final de estas líneas) me reí mucho y pensé que sería una película muy divertida y original pero, ah!, los malditos estrategas de marketing de la Universal me la volvieron a colar, eligiendo las partes más graciosas para elaborar el avance de la película. Y lo que me indujo a ir a verla fue que me recordó a otros cortos de Pixar, como el de Pajaritos, que me encantó con sus 3 minutos de duración. Pero ¿os imagináis una cinta de casi dos horas sobre estos pájaros, por muy visualmente atractiva que sea? Pues acabáis de imaginar Los Minions.



Sinceramente, desde mi punto de vista, la película no tiene fuelle. Está claro que lo importante no es la historia (caótica y absurda desde el principio), sino la mayor o menor gracia que puedan hacerte estos simpáticos (y un poco cargantes a partir de la primera hora de film) muñecotes amarillos, sin más objetivo en la vida que buscar a un villano de categoría para servirlo. Se trata de una película hecha, a todas luces, para los más pequeños de la casa, con la que disfrutarán también los padres viendo como sus hijos de 5 años señalan a la pantalla y se ríen de las monerías de los minions. No hay que caer en el error de confundir el resultado de esta película con el de otras cuyo target era sin duda cualquier tipo de público (grandes o pequeños) como Shrek o Buscando a Nemo, hechas con una sensibilidad y una pericia muy calculada para agradar al espectador general.

Los Minions, por tanto, es una cinta caótica con una trama ridícula y unos personajes con una motivación casi autómata, y más simples que las bananas que tanto les gustan, lo cual lo convierte en el entretenimiento ideal para alguien que solo quiere ver dibujos dándose golpes y hablando de forma extraña: un niño. Y al igual que no llevaríamos a nuestro hijo de 5 años a ver una película de Hitchcock (La soga, por ejemplo), no os aconsejo a los que tengáis más de 10 años que vayáis a ver esto. Saldréis con una sensación de haber perdido el tiempo en una sala repleta de niños gritando y riéndose por cualquier cosa. Aún así, parece que el experimento ha funcionado, ya que ha recaudado 115 millones de dólares en lo que lleva de semana, lo que la convierte en el segundo mayor estreno norteamericano animado de la historia. Debe haber muchos mini... estooo.., niños, en los EE.UU. 


Lo mejor: el apartado técnico y algunas de las "monerías" de los minions

Lo peor: es como ver vídeos de gatitos en Youtube dorante dos horas






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miércoles, 15 de julio de 2015

Tom Cruise se juega el tipo en Misión: Imposible, Nación Secreta

El trabajo de doble en las películas de acción es uno de los más arriesgados en la industria del cine, y si además añadimos la marca Mission:Impossible a la mezcla, la cosa se pone peor. La saga del agente Ethan Hunt se caracteriza por buscar siempre las escenas más extremas para sus personajes, y la quinta entrega de la franquicia no iba a ser menos.

La cosa se quedaría ahí si no fuese porque el propio actor principal, Tom Cruise, ha insistido en protagonizar personalmente y sin la intervención de profesionales del doblaje, una de las partes más peligrosas del rodaje de Misión: Imposible, Nación Secreta, que se estrena en las salas españolas el próximo día 7 de agosto. En el siguiente vídeo podréis ver al actor agarrado a la puerta de un avión (por fuera) mientras este realiza un despegue. Lo mismito que ir en business, vamos.



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sábado, 11 de julio de 2015

Crítica San Andrés: Temblores familiares

Hay actores que nos hacen gracia. No hay por qué tener un motivo, simplemente hay algo en ellos que hace que nos caigan bien. A mi, por ejemplo, me pasa con Steven Seagal: es uno de los actores más inexpresivos de la profesión, pero me divierte verle repartir estopa con un grupo de terroristas chechenos, o a quien sea menester. Me gusta Will Ferrel quien, con un don innato para convertir las escenas más cotidianas en situaciones absurdas gracias a sus ridículas interpretaciones, siempre consigue sacarme una sonrisa. Y sí, lo confieso, me gusta Dwayne Johnson, el actor conocido como "La Roca", con esa cabeza pequeña de mirada bonachona atrapada en un cuerpo imposible, que tan de moda está últimamente. 

La película que nos ocupa no es una secuela (o sí, mirad este vídeo...), pero podría ser una versión de cualquiera de las docenas de películas del género de catástrofes que inundan el cine: Pánico en el tunel (el Stalone de antes, mucho mejor que el de ahora), El Coloso en llamas, Titanic... Así que lo primero que me gustaría que supiera una persona que leyese esta crítica antes de ir a ver "San Andrés" es que, con casi total seguridad, ya la ha visto. 

El argumento se puede resumir en una línea (lo cual es perfectamente lícito): Piloto de helicóptero sale al rescate de su familia al desatarse un intenso terremoto en la falla de San Andrés. Hay grandes películas con guiones más simples que esta, así que una falta de complejidad argumental no debería ser una lacra. Se trata de una cinta ideada para entretener. Punto. 

El problema viene cuando, en un intento de dotar de profundidad a unos personajes que no lo necesitan, te cuelan una historia de conflictos familiares que resulta poco relevante para el espectador y bastante aburrida. La película por tanto nos muestra a un The Rock! afligido porque su ex-mujer ha vuelto a casarse con un tipo forrado de dinero y por el hecho de que su hija adolescente no parece querer pasar tiempo con él los fines de semana (dramote al canto), lo cual me trajo a la cabeza esas escenas de cabaret en las películas del oeste en las que los parroquianos silban y tiran botellas de cerveza al malabarista del escenario para que se largue y salga la chica ligera de ropa a menear sus encantos ante ellos. ¡Queremos ver a La Roca en acción -gritaban en mi cabeza- no sentir compasión por sus fracasos como marido y padre! Cuanta razón.


La verdad es que es una película muy bien hecha, con unos efectos especiales muy cuidados y realistas, en la que es muy fácil sumergirse y vivir la angustia que provoca no estar seguro en ningún sitio cuando es el propio suelo bajo tus pies el que amenaza con engullirte. Todo sería perfecto en ese plano si no fuese, de nuevo, por las escenas metidas con calzador de "La Roca" revisando su pasado marital intentando analizar con su mujer -sentada en el asiento del copiloto del helicóptero de rescate- las causas de su ruptura conyugal. Tranquilos, no desvelaré aquí si The Rock consigue recuperar su matrimonio, información vital dónde las haya en una cinta de terremotos, pero no puedo dejar de denunciar el anticlímax que supone estar en medio de una situación de crisis con grandes dosis de tensión y que todo se pare (como si hicieran un paréntesis kit-kat) para hablar de los sentimientos de una pareja con problemas de comunicación en su relación, interrumpiendo así la búsqueda de su hija desaparecida. 

Otro factor que debe tener presente alguien que vaya a ver San Andrés es que se trata de una americanada. Podemos distinguir este tipo de películas por ciertos elementos, que resultan bastante cargantes y artificiales para los que no somos de ese país, de los que me gustaría destacar algunos que llamaron especialmente mi atención:

  1. Invocación de Dios cada dos por tres. Frases como ¡"Oh. Dios mío"! y ¡Que Dios nos ayude! plagan la película de expresiones y actitudes mojigatas tan propias de las películas americanas de catástrofes. Los humanos, siervos de Dios, no son dignos de su misericordia y por eso, por nuestra arrogancia, debemos ser castigados: terremoto al canto.
  2. Cualquiera puede alcanzar el éxito si se esfuerza lo suficiente, por muy mal que le vaya. "La Roca" tenía una familia a la que adoraba, pero la perdió debido a una tragedia del pasado (que no desvelaré) y a su incapacidad para asumirla. Además otro hombre ocupa su lugar como macho alfa al lado de su mujer y de su hija. Pero tranquilos, gracias a la capacidad de sacrificio innata en los americanos, no solo salvará a su familia de un terremoto sino que solucionará su vida en una tarde, literalmente. Y es que no hay nada mejor que un desastre natural para arreglarte con la parienta.
  3. Todo es blanco o negro. Los buenos son muy buenos y los malos, malísimos, aunque no haya necesidad de que así sea. Sencillamente, para que "La Roca" pudiese solucionarlo con su ex, necesitábamos que su nuevo marido, el hombre rico del que os hablaba, fuese una persona odiosa y ruin, con lo que así nos lo presentan y, para dejarle el camino libre al prota con su esposa, los guionistas se aseguran de que el pobre "malo" no tenga muchas opciones de luchar por ella... Además, el héroe debe ser una buena persona, altruista y sacrificado, aunque también debe poseer un toque de macho, ya me entendéis. Frases como esta lo corroboran (amplia sonrisa, pulgar levantado hacia el cielo): "Sólo hago mi trabajo, voy donde me mandan", o "¡Jim, solo tenemos 5 minutos para salir de aquí!" "No te preocupes, me basta con 3".
  4. La presencia de la bandera americana. Imprescindible. Ese trozo de tela ondeante con sus barras y estrellas, algo magullado por los efectos de un terremoto 9,5 en la escala de Richter que aún se agita a cámara lenta, simbolizando esperanza, en lo alto de un mástil o un trozo de puente, no podría faltar en una película de estas características.
Finalmente la acción, lo mejor de la película combinada con los efectos del terremoto, es bastante vertiginosa y no dejará a nadie indiferente (la mayoría de las situaciones son bastante poco creíbles aunque divertidas). Helicópteros realizando maniobras imposibles, luchas contra la gravedad y las fuerzas de la naturaleza (la escena del tsunami y el carguero, épica) y aterrizajes elegantemente increíbles (acordaos del paracaídas) abundan en una cinta que apuesta claramente por el efectismo en perjuicio de la coherencia. Pero, ¿quién esperaba otra cosa?


Lo mejor: Unos efectos especiales muy logrados y unas escenas de acción muy divertidas si tenéis con quién comentarlas en el cine.

Lo peor: El desarrollo de los personajes, aburrido y sin sentido en muchas ocasiones.








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martes, 30 de junio de 2015

Stan Lee aparece en la premiere de "Ant-Man" tras ser hospitalizado

A Stan Lee, padre de los más famosos héroes de Marvel, aún le queda mucha guerra que dar. Y es que no hay nada como dar vida a personajes casi invulnerables para heredar esta cualidad, se tenga la edad que se tenga. Según la web TMZ, el editor llamó a emergencias el pasado domingo al no encontrarse bien y acabó ingresado en el Cedars-Sinai Medical Center.

El hecho es que, al día siguiente, Lee apareció sonriente en el estreno de la película "Ant-Man: El hombre hormiga", en Los Angeles, como si nada hubiera pasado, haciendo gala de su más que conocido sentido del humor, como podréis comprobar en el vídeo al final de esta entrada, donde asegura que lo único que le ha llevado hasta allí son las ganas que tiene de ver su cameo en la cinta. 

Escena de la película "Ant-Man". Foto: image.net


La película "Ant-Man" llegará a los cines españoles el 14 de agosto.




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viernes, 26 de junio de 2015

Misión: Imposible 5 llega en agosto a España

Ethan Hunt vuelve a los cines españoles en otra misión imposible para hacer las delicias de los aficionados al más puro cine de acción. La película se estrenará el próximo 7 de agosto y, para abrir boca, os dejamos este impresionante trailer de Paramount Pictures que ya arroja una idea aproximada sobre lo que vamos a encontrarnos en la pantalla. Algo me dice que no decepcionará.

Sinopsis:
Con la FMI disuelta y Ethan Hunt (Tom Cruise) abandonado a su suerte, el equipo tiene que enfrentarse contra el Sindicato, una red de agentes especiales altamente preparados. Estos grupos concienzudamente entrenados están empeñados en crear un nuevo orden mundial mediante una serie de ataques terroristas cada vez más graves. Ethan reúne a su equipo y une sus fuerzas con la agente británica renegada Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), quien puede que sea o no miembro de esta nación secreta, mientras el grupo se va enfrentando a su misión más imposible hasta la fecha. 






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miércoles, 24 de junio de 2015

Crítica Jurassic World: Flaco favor a la saga

Cuando en 1993 llegó Jurassic Park a las salas de cine de todo el mundo, la película supuso un verdadero acontecimiento cinematográfico. No solo a nivel argumental - íbamos a explorar la posibilidad de que, en un futuro no muy lejano, pudiésemos visitar un parque de atracciones repleto de dinosaurios - sino a nivel de imagen y sonido, en una época en la que aún no habían llegado los grandes avances tecnológicos e informáticos a los que ahora estamos acostumbrados (demasiado). Imagino que, cuando vi la película hace más de 20 años, experimenté lo que sentiría mi padre cuando, allá por los años 70, descubrió a Luke Skywalker intentando destruir la Estrella de la Muerte. Supongo que el cine es una de las pocas maravillas capaces de acercarse a lo que llamamos "magia". Y eso es lo que nos ofreció Spielberg en los 90 con sus dinosaurios: momentos mágicos.

Y fue un éxito: encantó a la crítica y al público, y se hicieron camisetas, peluches, posters y videojuegos (yo jugaba al de la MegaDrive, no tiene desperdicio). Entonces, como es lógico, y tras ganar muuucho dinero, pensaron en la mejor forma de explotar al "monstruo", dándole vida de nuevo en forma de secuela. Y así llegó, cuatro años después, la segunda parte: El mundo perdido. De nuevo colas y colas para ver la continuación de una de las mejores historias del cine que, además, volvía a traernos al genial Jeff Goldblum en su papel de científico cínico/seductor (uno de los mejores de su carrera), en su lucha contra unos dinosaurios más salvajes y peligrosos si cabe.

Luego vino la tercera parte, otros 4 años después de la anterior, con una más que palpable dosis de efectos especiales y un argumento mucho más flojo que las anteriores, mismos dinosaurios, mismo prota (el arqueólogo de la original, el estupendo Sam Neill), más velociraptores y tiranosaurios, con la única salvedad de un dinosaurio modificado genéticamente mucho más fuerte y grande que el temible T-Rex. La película no triunfó en taquilla como las anteriores y la franquicia prefirió retirarse a lamerse las heridas y a, supongo, repensar su estrategia de cara a la siguiente peli (la versión en 3D de Jurassic Park no cuenta)... hasta hoy.

Año 2015. Jurassic Park pasa a llamarse Jurassic World (¿intento de revitalizar la saga sin renegar de sus orígenes?), volviendo a la idea del parque temático, con un nuevo "visionario" al frente y unos protas más guapos y más sexys, pero con menos química entre ellos que Jeff Goldblum y Sam Neill en la primera parte. Hay más dinosaurios originales (son los mismos, pero en más cantidad), más dinosaurios alterados genéticamente y más acción ¡Todo es más grande, más espectacular, más intenso, más, más, MÁS! A lo mejor por eso tuve la sensación de que ha sido uno de los mayores fracasos de esta saga, no sin cierta tristeza por mi parte.

Fotograma de la película


A pesar de que haya divagado mucho hasta ahora, esta crítica va a ser corta, ya que no hay detalles en los que profundizar, debido a que Jurassic World es una película 100 veces vista. Hay que reconocer que la acción está bien gestionada: hay momentos de verdadero suspense en los que de verdad crees que el dinosaurio atrapará al protagonista, pero está claro que el tratamiento de la ficción se les ha ido de las manos, causando un despropósito audiovisual (la pelea del final sin ir más lejos, parece sacada de una escena de Godzila) y argumental. Que la película se base en la existencia de un parque temático de dinosaurios no significa que todo valga. Los velociraptores no son domesticables, los pterodáctilos no deben tener cabeza de tiranosaurio (¿hola?) por mucho que queramos jugar con la genética, y un sinfín de situaciones parecidas que hacen que gires la cabeza en el cine para ver si el resto de la sala está viendo lo mismo que tú. 

La falta de originalidad de la cinta también es recalcable. Vuelve el parque temático, las atracciones, los paseos por las llanuras en un vehículo blindado rodeado de veloces y pacíficos animales prehistóricos, sabemos quienes van a morir nada más aparecer y quienes van a salvarse indiscutiblemente... Si no fuera porque es una película con buenas dosis de acción, tendría el mismo efecto soporífero que un documental sobre dinosaurios a la hora de la siesta.

Pero no todo es malo, claro. Los efectos especiales son estupendos y muchas veces consiguen que el espectador olvide la incoherencia del guión para meterse de lleno en la historia. El sonido es genial también, y más de un rugido de dinosaurio conseguirá estremeceros si vais a una sala acondicionada con la tecnología de audio apropiada para esta película. Los actores realmente son lo de menos, ya que los verdaderos protagonistas son los dinosaurios, aunque en esta cinta, en mi opinión, no se les trata con el respeto y el cariño con los que Spielberg los mostró. 

Para acabar diré que, para mi, solo las dos primeras partes merecen el rango de "película Jurassic Park", ya que cuando empezaron a alterar dinosaurios y los fuegos artificiales comenzaron a cobrar más relevancia que el guión, la cosa pasó a ser una mutación sin rumbo, como los bichos que salen en la pantalla. Solo espero que dejen descansar definitivamente a una saga que tan buenos momentos ha dado al cine, antes de que se les ocurra sacar una quinta entrega con Tiranosaurios voladores o velociraptores de dos cabezas.

Lo mejor: los efectos especiales y sonoros, realmente buenos

Lo peor: una buena cantidad de despropósitos argumentales que estropean las expectativas de ver la cuarta parte de una de las mejores sagas cinematográficas










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